Eliminar rebabas, decapar pinturas en metal, piedras, paredes, morteros, piscinas, preparar las superficies antes de tratarlas para conseguir una determinada rugosidad, eliminar la calamina, desoxidar, limpiar, renovar,... Son solamente algunos de los ejemplos de aplicaciones que llevamos a cabo con el chorreado mediante aire comprimido y aplicación de áridos de diferente granulometría según elemento a tratar.
Usamos compresores para el chorreo de medio o alto caudal que permiten el decapado de cualquier superficie mediante proyección de arena a gran presión o baja, alternando el material a proyectar, se consigue eliminar desde los restos más toscos, hasta los más delicados en restauración de monumentos y obras ornamentales. Se utilizan para quitar pintura, óxidos y residuos muy adheridos a las superficies que con sólo agua a presión serían muy costosos de arrancar.